miércoles, 19 de agosto de 2009

Accidente o Salvajada

PARA ESCLARECER LA MUERTE DE LA NIÑA ANALÍ, SERÁN CITADOS A DECLARAR A LA DIVINCRI - ICA

Vigilantes, investigados
Fuente: Diario Correo_Ica

A fin de esclarecer la muerte de la niña Analí Del Rosario Flores Palomino (3), la División de Investigación Criminal (Divincri - Ica) citará en las horas próximas a los vigilantes de la desmotadora "Oliva".
La notificación a los guardianes será para que respondan cómo es que no se percataron que el cuerpo de la niña se encontraba al interior del recinto en estado de putrefacción.
El emplazamiento a los vigilantes será también por la sospecha que tienen los familiares de Analí, quienes sindican a uno de ellos, a quien conocen con el apelativo de "Pachín".
Indican que "Pachín", hace años atrás, fue acusado de haber ultrajado a una menor de edad, y que incluso fue recluido en el penal de Cachiche.
El dueño de la procesadora de algodón, sito en la cuadra 1 de avenida principal de Acomayo, Martín Oliva Cueto, también será llamado a declarar al igual que los trabajadores.
Se conoce que en la Divincri - Ica, se tiene la relación de los guardianes y personal que laboró del 5 al 17 de agosto del presente año.
De igual forma serán llamados los choferes y ayudantes de los camiones que ingresaron en la mencionada fecha.
Velatorio. Los restos mortales de Analí fueron velados ayer en el frontis de su vivienda, no pudiendo hacerlo al interior debido que el olor por la condiciones en que fue encontrada se expandía rápidamente.
Investigación. Zoila Palomino Silva, tía de la niña, insistió en que su sobrina fue asesinada en otro lugar y su cuerpecito arrojado a uno de los ambientes para almacenar algodón, donde buscó en más de dos ocasiones.
Murió sin ser bautizada

A sus tres cortos años, la pequeña Analí Del Rosario Flores Palomino, quien estudiaba en el PRONEI "Las Estrellitas", no pudo ser bautizada por sus padres, debido al fallecimiento de uno de sus parientes cercanos en el presente año.

martes, 18 de agosto de 2009

"Ecología política y conflictos sociales"

http://www.youtube.com/watch?v=TG7iW4CjsQc

Exposición del académico español Joan Martínez Alier:

“Ica: Dos años entre los escombros” (14/08/2009) - El proceso de reconstrucción de Ica no avanza. Ya han pasado dos años, tras el terremoto que afectó seriamente el sur del país y todavía miles de familias viven en carpas, hospitales y colegios aún no se han rehabilitado y el publicitado programa FORSUR fracasó.
(Nelly Rivera)
ENTREVISTAS
Lourdes Ninapaita Inca: "Los casos de desnutrición en las zonas pobres de Ica van en aumento" (14/08/2009) - La Coordinadora de las Casas de Salud de Ica, institución que da soporte al sector Salud en la parte preventiva, luego del terremoto del 15 de agosto del 2007, señala que en los últimos meses se han incrementado los casos de desnutrición crónica en las zonas rurales de Ica, Chincha y Pisco, porque nunca llegó ayuda para ellos que son los más pobres.
(Nelly Rivera)
Mariano Sihuas Ramos: “Las autoridades no reconstruyen Ica” (14/08/2009) - El agricultor del Centro Poblado San José de Chincha señala que no hay avances en la reconstrucción de su localidad y hasta el momento siguen viviendo en carpas, situación que afecta seriamente su salud, por eso pidió a las autoridades del Gobierno que cumplan con reconstruir Ica, Chincha y Pisco.
(Nelly Rivera)
DESPACHOS INFORMATIVOS
Tarapoto: Avanza proyecto de desarrollo biregional (14/08/2009) - Entrevista al ingeniero César Torre Reyes, responsable del proyecto de integración Amazonas – San Martín, el cual busca el progreso y desarrollo paralelo de ambas regiones y ya está dando sus primeros resultados.
(William Pezo)
Ica: Nueva Junta Directiva (14/08/2009) - Tras las elecciones realizadas el pasado 9 de agosto, la asociación de productores agrarios “23 de Febrero” del valle de Pisco, presentó su nueva Junta Directiva.
(Hugo Chávez)
Huamanga: Festival de la Ganadería Lechera (14/08/2009) - Celebran la edición número 12 de este evento que anualmente busca exponer, motivar y mantener viva la cultura ganadera y aumentar la producción de los productos lácteos que se producen en Cajamarca.
(Roel Arcoccaulla)
SECCIONES DEL PROGRAMA
PRECIOS AL MAYORISTA (14/08/2009)
Los precios actualizados de los principales productos agrícolas que se comercializan en los mercados de la capital (zapallo macre, zanahoria criolla, vainita seda, papa yungay, camote amarillo, yuca amarilla, fresa cama rosa, sandía, uva lavallet)
(Sandra Herrera)
COSECHANDO DATOS (14/08/2009)
Gobiernos regionales previenen daños que ocasionarían las lluvias que caerían entre enero y marzo.
Las comunidades amazónicas son vistas, ahora, como un importante grupo de presión.
Declaran en emergencia ambiental al río Jayaye, región Madre de Dios.
Congresista José Urquizo señaló que el gobierno no toma con seriedad el Plan VRAE.
Exportación de achiote supera los 4 millones de dólares en el primer semestre del 2009.
Agricultores realizan huelga de hambre en las afueras de la Defensoría del Pueblo para que se ponga en práctica Ley PREDA

sábado, 15 de agosto de 2009

A dos años


Fuente: Diario el Comercio


Del terremoto, miles de personas todavía viven en carpas en Pisco


8:02 Alcaldes reclaman por lentitud en la entrega de los fondos. En San Andrés se construye complejo habitacional pero compradores son de Lima.

Por: Nelly Luna AmancioEnviada especial


*ICA. *Como todos los que estaban en Pisco ese día, Ida Román creyó que el temblor pasaría. Estaba tendida en su cama cuando un fuerte zumbido perturbó su siesta. Los muebles comenzaron a sacudirse. “Ya pasará”, pensó. Ida, que nació en esta ciudad donde los sismos son tan frecuentes como fugaces, se confió. ¿Por qué este temblor tenía que ser la excepción? “Ya pasará”, dijo y continuó aferrada a su cama.


A unas cuadras de su casa, sus vecinos presenciaban en la iglesia San Clemente una misa extrañamente larga pero que ya estaba por terminar. De pronto, las bancas comenzaron a moverse: “Cálmense, ya va a pasar”, dijo en voz alta el sacerdote Emilio Torres. Pero el temblor no pasó. La tierra sacudió con más furia, como si tratara de expulsar todo lo que estaba sobre ella. La luz eléctrica se cortó. Y en esa enorme oscuridad el pánico se desbordó.


En su casa, a solas, Ida quiso gritar pero no pudo. Se levantó e intentó atravesar corriendo el patio pero el suelo la rebotaba. “Señor, apiádate de nosotros”, alcanzó a decir. Estuvo a punto de llegar a la calle cuando una pared le cayó encima. “No recuerdo más”, dice. En el templo, los gritos de niños llorando, de padres buscando a sus hijos y de hombres buscando a sus esposas se confundían con los ecos. El sacerdote se aferró a una columna bajo la cúpula, lo único que no se derrumbó. Algunos se aferraron con él, otros muchos intentaron escapar, los gritos continuaron, de pronto, el golpe seco de una caída. Después, el silencio.


El viejo techo del templo no aguantó las sacudidas: se desplomó sobre más de 100 personas. La fatalidad –injusta y violenta– se ensañó con familias completas.


La tierra solo se detuvo tres minutos y medio después, cuando ya se había traído abajo más de 72 mil viviendas en toda la región Ica, entre ellas la casa de Ida, ubicada en Pisco. El movimiento pasó, pero el terremoto acompaña hasta hoy cada una de las lágrimas de sus víctimas. De ese 15 de agosto de hace dos años han quedado las calles desoladas y las miradas dolientes de la gente, así como esas carpas de tristeza y necesidad.


HUYERON DEL MARSentada en su nueva cama, Ida llora; el recuerdo le duele, aunque siente cierto placer culposo al contar cómo ella sí logró sobrevivir al desastre, cómo ese día su esposo la desenterró y cómo por eso hoy puede contar esto. “¿Y dónde estabas tú ese día?”. La pregunta es dolorosamente inevitable en todo Pisco. Todos lo hacen, como si contarlo formara parte de una terapia comunitaria. En muchos casos, sobre todo en mujeres y estudiantes, los trastornos mentales postraumáticos continúan, dicen los médicos.


Con su casa hecha polvo, Ida decidió buscar otro lugar, esta vez lejos del centro de Pisco, un sitio a donde el mar no pudiera llegar si alguna vez el terremoto volviera a repetirse y con él un tsunami amenazara de nuevo la ciudad. Así fue como llegó con su esposo y otros cientos de familias a la zona conocida como Alto El Molino.
En este asentamiento humano hijo del terremoto conviven hoy cerca de cuatro mil personas. Las 426 mil hectáreas de terreno que comparten están rodeadas por una cementera, un muro de tierra que el INC dice que es patrimonio cultural pero que a simple vista no es más que un cúmulo de tierra arcillosa acorralada por la basura y una procesadora de conchas de abanico que hasta hoy gobierna con su hedor la rutina de los que viven aquí.


Los vientos son implacables en Alto El Molino, arrastran el polvo y penetran las narices de las hijas de Zaida, que vive a unas cuadras de la casa de Ida. En su intento por controlar la polvareda, Zaida trozó la carpa de plástico donde vivió más de un año y forró con esta las paredes de esteras de su nueva vivienda. Pero su esfuerzo poco ayuda: sus hijas, como la mayoría de menores en Pisco, desarrollan con frecuencia afecciones respiratorias y alergias.


Las consecuencias del hacinamiento no son solo estas enfermedades y los casos focalizados de parasitosis, también un agazapado incremento de la tasa de embarazos adolescentes debido a la alta promiscuidad. Desde el terremoto, solo en esta zona se han registrado más de 50 embarazos en menores de 18 años. “Antes no había luz y los jóvenes aprovechaban la oscuridad para escaparse, las casas no ofrecen seguridad, ahora por lo menos están divididas por esteras”, dice Alejandro Legua, dirigente barrial de Alto El Molino.


A MEDIO CONSTRUIRVeinticuatro meses después del terremoto, los sueños de Yolanda Matos –agricultora de la localidad de Montesierpe en Humay, esposa abnegada, 65 años, siete hijos, trece nietos- continúan encerrados en una carpa de plástico que le dejó alguien que se mudó a una casa de madera prefabricada.


Desde la tragedia sucede siempre así: el ascenso económico en el Pisco posterremoto se mide por el salto del plástico a la madera o la estera; el cemento es elitista. Los programas de vivienda no alcanzan a los damnificados, en su mayoría agricultores o trabajadores eventuales que no son sujetos de crédito y menos aun cuentan con un título de propiedad sobre algo que en realidad nunca fue suyo.


Para otros, como Yolanda, el alza de los precios de los materiales y de la mano de obra, derribaron sus sueños de reconstrucción. Ella recibió el bono de 6 mil soles pero apenas le alcanzó para construir tres paredes de ladrillo y una gigantesca zanja.


Todos las viviendas en Pisco, desde la ciudad, hasta San Clemente y Humay, están a medio construir. Y como tratando de ocultar el devastador entorno, las autoridades municipales están levantando muros de ladrillo y cemento alrededor de terrenos baldíos y de carpas que sirven de casas. “Un día llegaron y comenzaron a construir estas paredes, no dijeron nada”, cuenta Pilar Díaz, con nueve meses de gestación, que vive en un módulo de madera y que un día despertó encerrada por una pared.


Lo mismo le pasó a Don Daniel Guzmán, curtido pescador pisqueño. “No es justo que sigamos viviendo así, nada es igual desde el terremoto, y para colmo el trabajo también se ha dañado, desde ese día el mar no está bien, siempre para movido, los vientos ahora son más fuertes”, dice sentado a un costado de su vieja carpa.