Fuente: Justicia Viva.
En primer lugar, un tema que vale la pena mencionar es la presentación sesgada de la realidad. El abogado nos ha mostrado un país en el que pareciera que solo Sendero Luminoso era el que cometía crímenes contra los derechos humanos y ante esa situación nos ofrece un Fujimori “salvador del país” que aplicó una política antiterrorista extremadamente respetuosa de los derechos humanos y que hoy de manera arbitraria es sometido a un proceso judicial.
El abogado defensor señala que Fujimori está siendo procesado por su política antiterrorista a la cual —de acuerdo a su versión— los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta no pertenecen. Entonces ¿qué son? El sostiene que son una “desviación” de la estrategia del destacamento del Ejército.
En segundo lugar, plantea un juego de palabras: sobre este caso hay un juicio histórico, un juicio político, un juicio jurídico y un juicio mediático. Según el abogado, Fujimori ya ha ganado el juicio histórico, porque dice que es el mejor presidente de la historia, y el juicio político, porque el fujimorismo es una fuerza con aspiraciones presidenciales.
En realidad en este amplio campo de las simples opiniones políticas a las que ha ingresado el abogado defensor respecto de su patrocinado, también podríamos decir que Fujimori ha ganado —largamente— el ranking del gobierno más corrupto de la historia o el gobierno que más sometió a los intereses personales del presidente a las instituciones de la democracia y del Estado de Derecho en el Perú. En fin, todas estas son simplemente opiniones, pero lo que al final se impondrá es la sentencia de lo que él llama el juicio jurídico.
(Caso patrocinado por el IDL) Esta semana el abogado César Nakasaki ha dado inicio a los alegatos de la defensa del acusado Fujimori. Si bien hasta la fecha solo hemos podido escuchar dos de las ocho sesiones que ha ofrecido durar el abogado, en el presente artículo queremos plantear algunos comentarios sobre una presentación que, resulta obvio, tendrá como objetivo principal negar la intervención del acusado en los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta.
En primer lugar, un tema que vale la pena mencionar es la presentación sesgada de la realidad. El abogado nos ha mostrado un país en el que pareciera que solo Sendero Luminoso era el que cometía crímenes contra los derechos humanos y ante esa situación nos ofrece un Fujimori “salvador del país” que aplicó una política antiterrorista extremadamente respetuosa de los derechos humanos y que hoy de manera arbitraria es sometido a un proceso judicial.
El abogado defensor señala que Fujimori está siendo procesado por su política antiterrorista a la cual —de acuerdo a su versión— los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta no pertenecen. Entonces ¿qué son? El sostiene que son una “desviación” de la estrategia del destacamento del Ejército.
En segundo lugar, plantea un juego de palabras: sobre este caso hay un juicio histórico, un juicio político, un juicio jurídico y un juicio mediático. Según el abogado, Fujimori ya ha ganado el juicio histórico, porque dice que es el mejor presidente de la historia, y el juicio político, porque el fujimorismo es una fuerza con aspiraciones presidenciales.
En realidad en este amplio campo de las simples opiniones políticas a las que ha ingresado el abogado defensor respecto de su patrocinado, también podríamos decir que Fujimori ha ganado —largamente— el ranking del gobierno más corrupto de la historia o el gobierno que más sometió a los intereses personales del presidente a las instituciones de la democracia y del Estado de Derecho en el Perú. En fin, todas estas son simplemente opiniones, pero lo que al final se impondrá es la sentencia de lo que él llama el juicio jurídico.
En tercer lugar hay que destacar la sorpresiva y especial dedicación al tema de la llamada “justicia mediática” en el juicio contra Fujimori. De las dos sesiones este aspecto es en el que más tiempo ha utilizado, pero la conclusión es una sola: la prensa ya condenó a Fujimori y eso incidirá sustancialmente en la sentencia que emita el tribunal que preside San Martín.
El abogado dice que La República, Caretas, El Comercio y Canal N no solo ya no lo entrevistan sino que, sin analizar las pruebas, ya han condenado a su patrocinado. Asegura que de esta maneta esa prensa afecta la independencia del tribunal porque genera que la decisión que tome sea el resultado de la presión que ejercen los medios de comunicación y no de la valoración probatoria.
Más allá de que una intervención de ese calibre pareciera que en el fondo cuestiona la libertad de prensa y de expresión y reclama un estado de cosas en la cual la prensa no puede divulgar los delitos de un gobernante y solo debería limitarse a encubrirlo, también hubiera sido interesante que el abogado defensor comente las informaciones de otros medios de comunicación como el diario fujimorista La Razón, por ejemplo, que de manera sistemática presentan informaciones distorsionadas del proceso y atacan a los magistrados del tribunal y al fiscal del caso. ¿Eso qué es? ¿Prensa independiente?
Pero lo que nos preguntamos es lo siguiente ¿Por qué razón Nakasaki ha dedicado tanto tiempo a la influencia de la prensa en un caso contra un ex presidente de la República por crímenes contra los derechos humanos que constituye sin duda alguna un precedente en el mundo? y, ¿por qué Nakasaki se ha empeñado en introducir el mensaje de que si la prensa ya lo condenó entonces el tribunal también lo condenará?
¿De repente ha sido asaltado por un deseo de ilustrar al tribunal de algo que desconoce el colegiado y no ha percibido después de casi 15 meses de juicio oral o probablemente considera que los magistrados no se han percatado de la trascendencia del caso Fujimori? No lo creo. Al contrario tengo la sincera impresión que la defensa de Fujimori en estas dos sesiones ha presentado un discurso político de justificación de una derrota judicial. Ayer —el día del inicio del juicio oral— el abogado defensor decía que éste es el mejor tribunal del Perú y hoy —el día que inicia sus alegatos— dice que la prensa le está “escribiendo” la sentencia. De hecho hay un cambio sustancial en la posición de la defensa que solo puede ser el resultado de la contundencia de las pruebas que el abogado de Fujimori sabe perfectamente que existen.
En cuarto lugar debemos destacar el tema referido a las presuntas violaciones al debido proceso en agravio del acusado sufridas en la etapa del antejuicio y en la etapa de la instrucción. El argumento del defensor es que Fujimori no tuvo abogado defensor de elección y que los abogados de oficio que intervinieron en su defensa no desarrollaron un patrocinio eficaz que haya hecho garantizar sus derechos.
Al respecto habría que mencionar que la no designación de abogado defensor fue una evidente estrategia del acusado Fujimori justamente para decir lo que ahora sostiene su defensor: no tuve abogado, sólo los de oficio que no defienden a nadie. Entonces ninguna de las pruebas que se introdujeron en la instrucción puede tener valor. En realidad, esta es una estrategia que el defensor ha utilizado en todos los procesos judiciales instaurados contra Fujimori, en los que inclusive ha solicitado la nulidad de las actuaciones judiciales realizadas bajo ese argumento. En todos los casos esa estrategia ha sido derrotada ya que la respuesta uniforme de la Corte Suprema ha sido reconocer plena validez a las actuaciones judiciales de investigación.
El lunes próximo el abogado defensor comenzará la presentación de lo que propiamente se reconoce como la defensa técnica del acusado de las imputaciones presentadas por el Ministerio Público referidas a los secuestros de Gorriti y Dyer y los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta. Seguramente, veremos un poco más de la estrategia de negar toda participación en esos delitos a partir de una línea de defensa que consiste en forzar una discusión solo y exclusivamente sobre la formalidad de las pruebas y no sobre el contenido de las mismas.(Carlos Rivera Paz)
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